Figura 1. El ciclo terapéutico en el uso de hongos psilocybe.
por Rodrigo Cáceres
Comenzar una relación de largo plazo con los hongos psilocybe implica un trabajo continuo en torno a diversas facetas que resulta ilustrativo separar y detallar. El modelo cíclico o de etapas de relación con los hongos psilocybe es un modelo que intenta retratar las distintas fases por las que uno debiese idealmente pasar para generar una relación terapéutica con estos hongos. En este sentido, se trata de un modelo de carácter normativo al sugerir los distintos pasos a seguir para poder maximizar los beneficios de la relación con los psilocybe y evitar riesgos innecesarios. Este diagrama consta de cinco fases principales: (1) experiencia cotidiana; (2) educación; (3) preparación; (4) experiencia psicodélica e (5) integración, para finalmente volver a la experiencia cotidiana y reiniciar el ciclo. Veamos cada una de estas fases en más detalle.
Fase 1. Experiencia cotidiana: esta fase corresponde a nuestro punto de partida, la cotidianidad, la cual involucra a la familia, los vínculos y relaciones interpersonales, lo laboral, lo económico, lo personal, la salud propia, la vida emocional, los objetivos y metas, etcétera. Desde este punto de partida, una manifestación de interés por los hongos psilocybe en un ámbito terapéutico puede darse o bien:
(i) por una sensación de insatisfacción en cualquiera de los ámbitos mencionados y que se quiera mejorar, remediar o resolver; por la existencia de un hábito o una adicción que está generando consecuencias negativas para la persona (pérdida de autocontrol, irritabilidad, etc.) y su entorno; por la presencia de un estado anímico recurrente de ansiedad, depresión, desinterés, vacío o falta de sentido, falta de vitalidad, etc.
(ii) por la identificación de un potencial propio que, si es adecuadamente canalizado, podría emerger y pasar de la potencialidad a la realidad.
La identificación de alguno de estos problemas, patrones, trabas o malos hábitos, forma parte de una fase reflexiva o contemplativa, donde comenzamos a considerar la necesidad de un cambio o giro en nuestras vidas y sobre qué es lo que nos motiva a cambiar. En este contexto, los hongos psilocybe aparecen como una posibilidad terapéutica y un catalizador de estos procesos de cambio interior.
Fase 2. Educación: La etapa de educación es un paso inevitable y fundamental en el camino a un vínculo terapéutico con los hongos psilocybe. Como solía decir Terence Mckenna: “La primera parada de un viaje psicodélico es la biblioteca”. Lamentablemente, nuestra cultura está atravesada por un gran estigma hacia las plantas y sustancias que modifican la conciencia, por lo que la educación formal e institucionalizada en este tema es relativamente escasa. Este tipo de texto se puede considerar como parte de la fase educativa, en la que estamos intentando comprender cómo abordar el vínculo con estos hongos de poder. Las fuentes de información en este tema son múltiples. Por una parte, se encuentran los estudios científicos recientes sobre hongos psilocybe; también se encuentra el contexto antropológico de uso indígena y ancestral de estos hongos; en internet podemos encontrar manuales para uso seguro, relatos de personas que han utilizado estos hongos, podemos leer sobre la farmacología y la neurociencia de los efectos de la sustancia activa, y así sucesivamente.
Fase 3. Preparación: Luego de la fase educativa, podemos pasar a considerar y eventualmente tomar la decisión de atravesar una experiencia con hongos psilocybe, por lo que se activa la fase de preparación. La preparación involucra tanto una preparación psicológica y fisiológica, como por ejemplo alimentarse sanamente y hacer ejercicio para estar en buenas condiciones de salud a la hora de atravesar la experiencia psicodélica. Por ejemplo, se argumenta que los hongos psilocybe ayudan al restablecimiento de la producción y disponibilidad de serotonina en el cuerpo humano, gran parte de la cual se produce en la microbiota intestinal, por lo que es recomendable dejar o reducir el consumo de alimentos que destruyen este microbiota (como la comida chatarra y alimentos ultraprocesados, esencialmente).
Psicológicamente, la preparación implica la identificación de un propósito o intención por la cual uno va a atravesar la experiencia, además de buscar una cierta estabilidad mental para afrontar la experiencia. Iniciar la ingesta sin una preparación psicológica previa y hacerlo, por ejemplo, con mucho miedo, ansiedad y paranoia puede conducir a que la experiencia se salga de control y se transforme en algo sumamente desagradable o hasta traumático.
Igualmente hay que considerar la preparación del entorno o setting de la experiencia, el lugar, la compañía, la música, los aromas, la temperatura, etc. Esta 'puesta en escena' de la experiencia está bastante abierta a la creatividad, donde se puede disponer de estímulos que les acomoden a quien o a quienes atravesarán la experiencia psicodélica. También podemos prepararnos al habilitar un kit de herramientas para atravesar eventuales momentos difíciles de la experiencia, que puede consistir en ejercicios de respiración/meditación o estiramiento, música relajante, aceites de masaje, aromas relajantes, etcétera. Estos aspectos son detallados en el siguiente cuadro.
Modelo de Set & Setting (Actitud y entorno)
El “Set” o
mindset, hace referencia a la actitud o estado mental con la cual la
persona se afronta a la experiencia, y consiste en el nivel de preparación
previa, la predisposición, los pensamientos, los sentimientos y
las expectativas del usuario.
Antes de
adentrarse a tener una experiencia con hongos psilocibios o con cualquier
otro psicodélico, siempre es recomendable pasar por un proceso de auto
indagación donde se busque responder a algunas de las siguientes
interrogantes:
¿Qué busco a
partir de esta experiencia? ¿De dónde
viene mi deseo de consumir esta sustancia?
¿Me
encuentro en un buen momento para tener este tipo de vivencias?
¿Está bien planeado mi ‘viaje’?
¿Interrumpe mi rutina o mis responsabilidades?
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El “Setting” o
contexto se refiere al ambiente en el cual se tendrá el “viaje”. Este
aspecto influye directamente en la calidad de
las experiencias, por lo cual se recomienda un ambiente placentero capaz de
proveer seguridad, control y comodidad. En cuanto a la compañía, se
recomienda a usuarios con menos experiencia contar con la presencia de uno o
más acompañantes de confianza que puedan contribuir a esta sensación de
bienestar y seguridad. El propósito del ambiente es proveer a los usuarios de
un contexto donde se sientan cómodos,seguros y acogidos.
Dentro de estas
consideraciones se pueden incluir estímulos sensoriales como música y
aromaterapia para dirigir y acompañar el transcurso de las experiencias.
Las experiencias pueden
realizarse tanto en interior como en exterior, y existen usuarios que
prefieren consumir hongos en espacios ricos en naturaleza para poder conectar
de manera más directa con los elementos naturales.
En el caso de los
ensayos clínicos, usualmente se utilizar antifaz para cubrir los ojos en las
sesiones en interior para poder dirigir plenamente la atención hacia el mundo
interno y las visiones.
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Fuente: Salvador (2022)
Es importante también considerar qué valores sostener para prepararse al consumo de esta sustancia para así maximizar los beneficios que podamos obtener, incorporando nuestro compromiso personal con el proceso. Existen al menos tresvalores que es importante sostener y recordar durante el proceso: la alianza, el propósito o intención y la plasticidad.
Alianza: Si bien podemos tener un acercamiento a los hongos como si fuesen ‘una pastilla más’ que nos entregaría una serie de beneficios sin necesidad de que hagamos nada especial, resulta mucho más beneficioso pensar en la relación con los hongos psilocybe como una alianza o una interacción en la que somos protagonistas activos y no pasivos receptores de una cierto fármaco. El antropólogo David Dupuis se refiere a esto al decir que los psicodélicos son muy sensibles a lo que llama ‘factores extra-farmacológicos’, es decir, todo lo que está más allá de la acción molecular: la disposición y compromiso personal, el entorno, la cultura, etc. En una línea similar, el psicólogo Francisco Zenteno invita a cultivar la interacción con los hongos psilocybe como una dinámica de sujeto a sujeto, es decir, que estamos interactuando con un agente de cambio altamente inteligente con el cual debemos aprender a relacionarnos y a interpretar los cambios y transformaciones que generan en nuestro ser.
Propósito o intención: Esto se refiere a la relevancia de fijar un propósito o meta del proceso con los hongos. La pregunta que debemos reflexionar aquí es ¿Para qué voy a tener una experiencia psicodélica? ¿Qué quiero lograr? ¿Cuál es mi intención? Definir respuestas claras a estas preguntas será de gran valor, pues los hongos psilocybe suelen ser sensibles a la intención con la cual se los consume. Cuando el propósito definido tiene alto significado a nivel personal, naturalmente estableceremos un compromiso con el propósito, una voluntad de recordar el ¿para qué? y de concentrar nuestras energías para lograrlo.
Plasticidad: La plasticidad es un valor crucial ya que, si comenzamos un uso terapéutico de hongos para cambiar algo, es fundamental que estemos con una actitud y disposición de apertura para reconocer los cambios que traiga el efecto de los hongos y poder así potenciarlos. La rigidez (lo opuesto de la plasticidad) no es un buen acompañante durante los procesos con hongos, ya que lo que nos va a traer es resistencia e incapacidad para profundizar en el proceso terapéutico. La idea es estar dispuesto a soltar los modos habituales de comportamiento o de pensamiento que llevamos a cuesta y explorar nuevas posibilidades que con la práctica pueden ser incorporadas.
Fase 4. Experiencia psicodélica: La experiencia guarda un misterio profundo al que es importante acercarnos desde la entrega y la humildad. Salimos de lo cotidiano para entrar en una dimensión inhabitual y muy expresiva y comunicativa. Las experiencias son extremadamente variables y, por ende, impredecibles. Si bien la fase educativa nos puede ayudar a delimitar y cernir de qué se trata esto, el meollo de la experiencia es mucho más profundo que cualquier cosa que pueda ser descrito en palabras, por lo que resulta importante recalcar que estas experiencias trascienden lo racional y se viven mejor desde un acercamiento estético-sensible que uno racional-investigativo.
Bill Richards, un reconocido investigador de la psilocibina, propone atravesar la experiencia teniendo en consideración el lema CDA “Confía, Deja ir y mantente Abierto” (del inglés “trust, let go & be open”). Se trata de una especie de ‘mantra’ para la reducción de riesgos que es útil tanto para la persona que está atravesando una experiencia compleja durante el trance psicodélico como para su facilitador. El lema supone confiar en que uno posee las herramientas y capacidades para atravesar esta experiencia, y confiar en que se trata de un estado transitorio y no permanente. También supone dejar ir las expectativas que uno pueda tener sobre lo que debería o no estar pasando durante el trance, pues la mayoría de las veces las experiencias psicodélicas no se parecen a ninguna experiencia cotidiana que hayamos tenido, y una vez que ya la iniciamos no hay vuelta atrás, por lo que los intentos de mantener la experiencia bajo control serán en general infructuosos. El lema de mantenerse abierto se relaciona con la aceptación, con permitir que el trance siga su curso natural y permitir la multitud de sensaciones que van surgiendo: pena, alegría, esperanza, miedo, ansiedad, amor, entre otras. Mantenerse abierto significa evitar las resistencias que puedan ir surgiendo en uno y aceptar lo que surja. Como sugiere Richards a los usuarios y participantes de sus sesiones, “los alentamos a que envíen a sus intelectos a jugar afuera al patio durante el período de acción de las drogas, en lugar de tratar de categorizar cognitivamente la experiencia mientras está ocurriendo.”
Fase 5. Integración: Luego de haber atravesado la experiencia psicodélica y dejado un tiempo para que ella decante en nuestro ser, se hace relevante la fase integrativa. Integrar significa tomar el material que surgió durante la experiencia psicodélica y elaborarlo, explorarlo, sopesarlo, estirarlo, representarlo, simbolizarlo, etcétera, para así poder reconectar este material con el propósito o intención con la cual se entró a la experiencia. Es considerado como parte fundamental del proceso terapéutico, donde se busca traducir el significado de estas experiencias en cambios reales en la vida de la persona (Fadiman, 2017). Esta práctica integrativa permite desarrollar un vínculo más sano, íntimo y dotado de significado con los hongos y los aprendizajes que estos pueden brindar a sus usuarios (Salvador, 2022). Esto puede estar asociado a perspectivas prácticas y concretas: por ejemplo, iniciar un nuevo proyecto, aprender un nuevo oficio, iniciar un proceso psicoterapéutico, acercarme/alejarme de ciertas personas, y un infinito etcétera.
La integración es también la vuelta al cotidiano, y por ende una fuente constante de nuevas experiencias -ya sean positivas, complejas o traumáticas- que van a aportar en nuestra transformación constante y se van a encontrar moduladas por la experiencia psicodélica si es que a partir de ésta iniciamos un giro (aunque sea mínimo) en nuestro comportamiento. En otras palabras, si es que activamos un cambio en nuestro comportamiento a partir de la integración de una experiencia psicodélica, recibiremos otro tipo de reacciones y respuestas frente a nuestro modo de actuar, ya sea de parte de otras personas, o en nuestra relación con cosas u objetos. Por lo demás, la experiencia psicodélica puede haber instalado en uno nuevos intereses o conceptos guía que dejaron su marca durante la experiencia. Ideas típicas que pueden tomar asiento en nuestra mente son por ejemplo: 'entrar en contacto con mis emociones', 'desaprender mis patrones tóxicos', 'dejar atrás esa situación que me tenía enferm@', 'consumir menos redes sociales', etc. dependiendo de la persona.
En otras palabras, la integración supone un proceso constante de aprendizaje, y la vuelta al cotidiano y las nuevas experiencias que trae nos proveen de nuevos elementos y contrastes de los cuales aprender. El autor y activista por los psicodélicos Terence Mckenna solía decir que "vivir psicodélicamente es tratar de vivir en una atmósfera de continuo despliegue del entendimiento, para que cada día sepas más y veas las cosas con una mayor profundidad que como lo hacías antes. Este es un proceso de educación."
Referencias
Pollan, M. (2018). Cómo cambiar tu mente: Lo que la nueva ciencia de la psicodelia nos enseña sobre la conciencia, la muer. DEBATE.
Fadiman, J. (2015). Guía del explorador psicodélico. Cómo realizar viajes sagrados de modo seguro.
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