Volver al Cuerpo - Francisco Achondo
“VOLVER AL CUERPO;
Reflexiones (esbozos de una partitura desencarnada) sobre
el contacto, el movimiento y la vinculación con otr@s”
por Francisco Achondo
De que el movimiento de tu cabeza y el peso de tu cuerpo dirija el
foco de mi mirada. Que el espacio vacío de tu cuerpo sea donde habite mi cuerpo
y encuentre yo ahí movimiento. No tan solo como metáforas que intentan explicar
lo que nos ocurre en ciertas prácticas psico-corporales (que implican el cuerpo
físico, mental, emocional e incluso lo que podríamos llamar cuerpo energético),
sino como el lenguaje del cuerpo, que habla de rutas ontológicas que convergen
en el pensarnos y sabernos cuerpo. O, mejor dicho, ser cuerpo e intentar
lenguajear sobre lo corporal balbuceando términos ni tan elaborados que intenten
verbalizar las sublimes experiencias que solo entendemos desde nuestra
corporeidad.
Hay en la concepción de ser cuerpo
una corriente, telúrica, con la facultad de transformarnos y de disipar los esquemas
racionales enquistados que la paralizan, incluso desde nuestro sistema
sensoriomotor. Hay en la percepción de ser cuerpo la oportunidad de
hacernos eternas ráfagas. De ser temblor resiliente en territorio compartido.
Hay en el peso físico y
gravitacional, un anclaje que nos conmueve.
Desde una mirada más filosófica, “pensar
el cuerpo es pensar el mundo” dice David Le Breton, sociólogo y antropólogo
francés. Carlos Trosman, investigador argentino en prácticas corporales reflexiona
sobre este enunciado, planteando que
“… la cultura actual propone un
cuerpo sometido a diseño, tanto desde aspectos cosmetológicos como
tecnológicos, oponiéndose ferozmente a la determinación de la biología. El
cuerpo es considerado hoy día como una “prótesis de la identidad”, del que hay
que tomar posesión agregándole la marca propia…”
´Volver al Cuerpo´, es decir, darle
cabida a nuestra existencia anatómica como eje esencial de la concepción de
nuestro entorno y la vinculación con el mundo es entonces un acto de
resistencia, movilizando nuestro pensamiento hacia el lugar desde donde emerge
y dejando de lado las ideologías políticas hegemónicas que siguen proyectando
un proceso netamente individualizador, incluso de nuestro cuerpo. Volver al
Cuerpo es escuchar sin criterios preconcebidos ni ideas separatistas de qué es
lo que estoy escuchando o percibiendo, y dónde lo voy a categorizar dentro de
mi espectro racional.
Volver al Cuerpo es incluso sostener
algunas enseñanzas ancestrales acerca de la Salud, la Espiritualidad
y el sentido de Comunidad que se nos han estado arrebatando e
intercambiando por una visión líquida y cansada de la vida.
Volver al Cuerpo como un acto de resistencia.
Volver a ese lugar-cuerpo que somos, y del cual nunca nos hemos separado.
Al Territorio (y su cuerpo) se lo ha devorado la cultura. Y
no la propia (u originaria) cultura.
Esto genera una sensación no correspondida en el aire y
propaga un vacío cultural, una leve carencia de pertenencia con el territorio.
Así mismo, esta sensación de desarraigo nos deja fuera del cuerpo, sin un
territorio que habitar.
La relación cuerpo-territorio
planteada aquí, presenta una contractura. Existe una tensión crónica del
territorio y sus cuerpos. Allí recién aparecemos nosotr@s, pequeñit@s,
respirando ansiolíticos para sobrevivir. Deseando vivir la experiencia de la
vida en plena libertad. Para esto resulta importante entonces ampliar la mirada
y entrar en una conexión más integral del Ser Cuerpo Hoy. Bordear o
incluso salirse un momento de los términos bioéticos propuestos por las grandes
estructuras pensantes sobre cómo vivenciar esta experiencia corporizada y darle
cabida a las percepciones más concretas que tengamos desde nuestros sentidos. Pasar
estas percepciones por los filtros correspondientes, y por sobre todo,
comunitarios, según lo que el territorio esté demandando y proponerse nuevas
rutas ontológicas, nuevos paradigmas que permitan cocrear desde el respeto
mutuo y sus nociones éticas al respecto.
El cuerpo es una envoltura; sirve, pues, para contener lo que luego hay
que desenvolver. El
desenvolvimiento es interminable. El cuerpo finito contiene lo infinito, que no
es ni alma ni espíritu, sino el desenvolvimiento del cuerpo.
58 Indicios sobre el Cuerpo, Jean-Luc Nancy
En los actos de volver al cuerpo nos
encontramos con el movimiento o la danza.
Mientras bailamos no pensamos nada de
esto. ¡Qué curioso! En la práctica de estar presente, no existe el tiempo como
lo concebimos usualmente. En estar siendo una presencia, libre de juicios y
prejuicios, ecuánime ante el pasado y los recurrentes ataques de futuro. Del traer
lo desconocido recorriendo otro cuerpo. Recordando la anatomía propia como algo
cognoscible. De habitar un posible territorio (imaginario) nuevo, en
constante transformación. Cuando nos movemos simplemente dejamos que el cuerpo
piense. Sea y esté, siendo cuerpo.
En la práctica del Contacto y la Improvisación
somos el acto lúdico y transgresor de lo que bailamos. No somos ni tu piel ni
la mía. En lo concreto, a través de la danza y sus posibles lenguajes como el
tacto podemos generar contacto con otr@, y al permitir el desarrollo de este
contacto bajo las leyes físicas de la gravedad, el peso, el apoyo y el flujo,
nos abrimos al movimiento compartido. Aquí surge un tercer cuerpo, descrito por
Steve Paxton —bailarín y coreógrafo estadounidense— un cuerpo invisible que no es la suma de los cuerpos, sino
un cuerpo nuevo y frágil, nuevo y fugaz, efímero y casi material a la vez, que
desaparecerá tal vez al cortar este contacto entre los cuerpos danzantes.
Podemos entonces ser ese espacio liminal que nos vuelve primitivos. Como un
bebé naciendo. Empujando y a la vez cayendo en la vida.
Esta experiencia es única. Desde ahí
ya me puedo mover y sobrevivir de manera distinta. Y también ser el
movimiento y disfrutar el acto de Ser Cuerpo en Movimiento.
Es una eterna exploración bailar la
gravedad. El vaivén de soltar y aprender en cada movimiento a escuchar incluso
más profundo la pulsión y el reflejo de la vida.
Está práctica es para mí una
revolución encarnada…
En una sola gota de agua se encuentra
el secreto del inmenso océano.
Kahlil
Gibran
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