La influencia de la tecnología en los estilos cognitivos

por Rodrigo Cáceres

¿Son las tecnologías simplemente objetos externos que manipulamos a voluntad? ¿O quizás ellas también nos orientan hacia ciertos patrones de acción y estilos de pensamiento? El teórico de los medios Marshall Mcluhan solía enfatizar que los medios y dispositivos tecnológicos no son neutros sino que nos invitan a modos de atención específicos, y que a partir de la repetición y el reforzamiento pueden modelar ciertos estilos cognitivos y atencionales, es decir, nos habitúan a desear ciertas cosas, a pensar sobre ciertas cosas así como a atender al mundo de una cierta manera. 

Por ejemplo, hoy en día en las conversaciones se suele hablar de la 'psicología de la inmediatez', provocada por el contacto con la rapidez y brevedad de los consumos de imágenes y textos en redes sociales, que conducen a que las personas no sean capaces de tolerar tiempos de espera o se vean fácilmente aburridas por medios expresivos más lentos y prolongados, como un largometraje, un libro o un periódico. O bien puede suceder que los espacios prolongados de tiempo en que uno se encuentra sin señal de internet o bien sin batería se vean acompañados de sintomatología propia de la adicción: ansiedad, deseo intenso, inquietud y obsesión.

Otro caso más antropológico e histórico de este tipo de influencias tecnológicas en la psicología humana es presentado en el libro "La magia de los sentidos" ('The spell of the sensuous'), en que David Abram argumenta que la llegada de la tecnología del alfabeto a la antigua Grecia significó un cambio radical en los estilos de pensamiento de los griegos, en especial por medio de la tradición filosófica que nos legaron. Según Abram, el alfabeto permitió una novedosa forma de reflexividad al pensamiento humano. 

Antes de la llegada del alfabeto, el lenguaje estaba inextricablemente ligado a la voz y el canto, a la cultura oral, los poemas, épicas y refranes transmitidos oralmente y por repetición, los cuales encarnaban valores y enseñanzas propias de la cultura así como reflejaban la influencia de las fuerzas naturales (usualmente mediadas por los dioses) en las vidas de las comunidades griegas. Sin embargo, con la llegada del alfabeto, por primera vez el lenguaje se ve externalizado en una forma fija e invariable, a saber, la palabra inscrita en el papel, la cual es estable y ajena a las transformaciones y cambios que ocurren en el mundo sensible. Abram argumenta que es precisamente la llegada del alfabeto y esta 'objetificación' del lenguaje la que permite que nos podamos preguntar sobre las palabras 'en sí mismas' como si fueran conceptos universales o esenciales, por medio de preguntas como ¿Qué es el conocimiento? ¿Qué es el bien? o ¿Qué es la justicia? que ya no se encuentran ligadas a los contextos de su emisión sino que son ponderadas como nociones universales que tendrían una esencia invariable y fija. 

En palabras simples, Abram argumenta que sin la tecnología del alfabeto no habría filosofía platónica, porque no existiría el medio para reflexionar sobre los conceptos como si fueran formas esenciales separadas del mundo, y ya sabemos la masiva influencia que ha tenido esta tradición en el pensamiento europeo así como en las comunidades y territorios que ha colonizado, como el continente americano. 

Como lo afirma Abram, "podemos estar seguros que las formas de nuestra conciencia están reorientándose en interacción con las tecnologías que involucran nuestros sentidos [...] tal como la forma distintiva de la filosofía occidental nació del encuentro de los sentidos humanos y el alfabeto en la antigua Grecia".

Esta evidencia antropológica nos da sustento para pensar cómo las tecnologías actuales están reorientando nuestros modos de conciencia y nuestros estilos atencionales y cognitivos. Los smartphones, en este sentido, no parecen ajustarse bien en la categoría de 'objeto tecnológico' que les daría un carácter más inerte y neutro, sino que se reflejan mejor en la noción de 'medio o dispositivo de estímulos' que nos hipnotiza por medio de texturas, colores y diseños altamente atractivos para el sistema visual, que responde instantáneamente a nuestros movimientos, nos seduce e invita a seguir consumiendo imágenes, memes y textos, y por medio de la construcción de hábitos, vivifica en nosotros los deseos de revisar notificaciones, recibir likes y cosas por el estilo.

Comentarios

  1. "los espacios prolongados de tiempo en que uno se encuentra sin señal de internet o bien sin batería se vean acompañados de sintomatología propia de la adicción: ansiedad, deseo intenso, inquietud y obsesión." 👏

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